Balance 2019
Bueno, ¡parece que esto se ha convertido ya en una tradición! A continuación, las 10 cuestiones más reseñables para nosotros de lo que ha sido el 2019 en Sos del Rey Católico. El orden, más bien cronológico:
#1 Cuando moría el sol y llovían las estrellas
Ese fue el sugerente título de la charla que Mª José Martínez Uso y Francisco J. Marco Castillo dieron el 24 de enero en el Museo Arqueológico Nacional, dentro del programa «con C de Cosmos». ¿Y por qué lo destacamos? Porque uno de los testimonios medievales de los que hablaron fue el que conservamos grabado en piedra en Sos 🙂
#2 Un trocito de la historia de Sos del Rey Católico
Eso es lo que hemos podido comprar en los puestos que la torre tejida ha montado en las distintas ferias y mercados que a lo largo del año se han celebrado (el nacimiento de un rey, feria de agosto y mercado prenavideño). Las tejedoras han puesto su tiempo, cariño y habilidad en reconvertir la torre en distintas prendas y en venderlas a todo el que ha querido adquirir un abrigadito recuerdo.
#3 Al son de los tambores
Este año, la Asociación de Jóvenes se ha hecho cargo del grupo de tambores de Semana Santa. Han logrado involucrar a un mayor número de gente, de todas las edades, lo que ha supuesto un tremendo esfuerzo para conseguir el equipamiento y un montón de ensayos para lograr la coordinación que en la rotura de la hora nos puso a todos la piel de gallina. CORECCIÓN: Mi memoria de pez… el Grupo de Tambores es independiente, fueron dos personas de la asociación de jóvenes quienes se hicieron cargo de él este año.
#4 Reapertura del Aula Mentor
No quedaba mucho del curso escolar cuando se reabrió el Aula Mentor. Cursos presenciales, formación online… ¡es uno de los recursos esenciales para los que vivimos en Sos! Aunque Mª José dejó el listón muy alto, ¡Sara lo está haciendo estupendamente!
#5 Nuevo comercio en Sos
Pequeños electrodomésticos, menaje, utensilios de bricolaje y construcción… ¡todo eso y más podemos encontrarlo ya en Brico Mayayo!
#6 Época victoriana
El primer fin de semana de junio fue de lo más curioso y colorido gracias a Anacrónicos. Este grupo de recreación histórica eligió la villa de Sos para reunirse, y fue como tener una mini máquina del tiempo para viajar al siglo XIX. La verdad, el que existan personas con aficiones tan curiosas e interesantes, ¡me reconcilia con el mundo!
#7 Guardianes del portal
Cómo fabricaban el nido, incubaban la puesta, nacían los polluelo e iban creciendo… ver el proceso de los pájaros que eligieron el Portal de la Reina como su casa ha sido una de las mejores cosas del 2019 (ya, que sigo siendo «de ciudad» para muchas tontadas).
#8 Tejado
No todo lo que ocurre es positivo. Desafortunadamente, nos hemos acostumbrado a ver ruinas y casas abandonadas al pasear por Sos del Rey Católico, pero el que se cayera el tejado de una casa en plena calle mayor ha sido todo un mazazo, un recordatorio de que cada vez somos menos las personas que vivimos (todo o parte del año) en Sos.
#9 Feria de agosto
Aunque es una actividad que lleva desarrollándose desde hace más de 20 años, la destacamos en este 2019 por el giro temático que se le ha dado. Porque es necesario evolucionar: comenzó siendo «de alternativas rurales», luego fue «medieval», y la intención es orientarla más hacia el arte.
#10 Sos en vivo
Terminamos con la nueva propuesta cultural del 2019, el festival de música Sos en Vivo impulsado por la asociación de empresarios turísticos.
¿Qué sorpresas nos deparará el 2020?
Tímpano de la portada de San Esteban
El lugar más destacado de las portadas medievales es el tímpano, el espacio semicircular (o apuntado en el caso del gótico) que se encuentra entre el dintel de la puerta y las arquivoltas.
En ellos, es habitual representar el tema que encontramos en la portada de San Esteban de Sos del Rey Católico: Cristo en majestad con el tetramorfos. Seguro que algo recuerdas de las clases de arte, pero ¡vamos a analizarlo al detalle!
Cristo en majestad
Esa aureola ovalada que le rodea se denomina mandorla, palabra de origen italiano que significa almendra. Como geométricamente la figura se forma con la intersección de dos círculos, simboliza a la vez los mundos celestial y terrenal.
Con el Cristo en sí es como si hubiera habido una indecisión. Lo vemos de frente, sentado en trono, con bigote y barba, pelo hasta los hombros y pies bajo la túnica. Hasta aquí bien. Este modelo de Cristo juez se representa en ocasiones (como en el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela) con los brazos abiertos, mostrando las llagas de la crucifixión.
El Cristo de los tímpanos puede adoptar otra postura, bendiciendo con la mano derecha (con los dedos índice y corazón), y con el libro de la vida (donde están escritas las buenas y malas acciones de los hombres) cerrado o abierto, en la izquierda.
En nuestro caso tiene los brazos y manos abiertas, pero sobre la izquierda, en precario equilibro, encontramos un libro. Parece un intento de unificar los dos tipos. El resultado me parece raro y poco natural, pero quién soy yo para valorar.
Tetramorfos
Vayamos al origen, a la visión del profeta Ezequiel:
(…) se abrió el cielo, y vi a Dios en una visión. (…) en el centro mismo había algo parecido a cuatro seres con aspecto humano. Cada uno de ellos tenía cuatro caras y cuatro alas (…) Las caras de los cuatro seres tenían este aspecto: por delante, su cara era la de un hombre; a la derecha, la de un león; a la izquierda, la de un toro; y por detrás, la de un águila (…) Iban en la dirección en que el poder de Dios los llevaba.
En ella se inspirará la visión del Apocalipsis de Juan:
Vi un trono puesto en el cielo, y alguien estaba sentado en el trono (…) había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primero de aquellos seres parecía un león, el segundo parecía un toro, el tercero tenía aspecto humano, y el cuarto parecía un águila volando.
Aunque para ciertos teólogos medievales los cuatro seres representarían cuatro momentos clave de la vida de Cristo (hombre, nacimiento; toro, muerte; león, resurrección; águila, ascensión), pronto fueron asimilados a los cuatro evangelistas.
Suelen ubicarse alrededor de Dios, mirando hacia él, alados, Mateo (hombre) y Juan (águila) en la parte superior, Marcos (león) y Lucas (toro) en la inferior. En nuestro caso no hay duda de que se quiere representar a los evangelistas, los inferiores portan libros y tanto el hombre alado como el águila llevan filacterias.
Completando el espacio
Seguro que te suena eso del horror vacui medieval, ese afán por llenar con motivos todo hueco vacío. El tímpano dela portada románica San Esteban se “queda grande” una vez colocado el Cristo y el tetramorfos, así que se completa el espacio con otras figuras.
Los ángeles forman parte de la corte celestial. Es decir, que además de asistir a los hombres y hacer de mensajeros, parte de su “trabajo” es alabar y adorar a Dios. Y eso llevan haciendo unos cuantos siglos los cuatro que tenemos tallados en el tímpano.
Tan sólo en la figura inferior de la derecha (del espectador) no detecto rastros de alas. Parece ser una figura orante, y aunque nosotros no sabemos ponerle nombre y apellidos, probablemente represente a alguien involucrado en la construcción de la iglesia de Sos del Rey Católico.
Ni vacía ni vaciada. La España que hemos vaciado
El tema de la despoblación está actualmente en numerosas bocas y mesas, pero es algo sobre lo que se lleva reflexionando en los pueblos desde hace muchos años. Es innegable que ha sido esencial el libro de Sergio del Molino para dar visibilidad al “problema”, lo leímos hace tiempo en el Club de Lectura de la biblioteca municipal y nos pareció clave para entender cómo hemos llegado a la situación que vivimos hoy en día.
¿Qué hacer? ¿Cómo revertirlo? Revertirlo, volver a la distribución de la población de la primera mitad del siglo XX no me parece factible. Los modos de subsistencia han cambiado de tal manera que no creo que haya marcha atrás. E intentar “vender” la vida en el mundo rural como una especie de Walden me parece un error, pocos Thoreau hay.
¿Y ya está? ¿nos cruzamos de brazos y aceptamos el inexorable destino? Ni hablar.
Me gustaba el “vacía”, era la constatación de un hecho. Pero si nos ponemos a dar vueltas al lenguaje, hagámoslo mejor. “Vacía” ¿por arte de magia? “vaciada” ¿por otros? En el primer caso, que sean los hados los que lo solucionen de ser necesario. En el segundo caso, que sean “otros”, los que la han vaciado, quienes lo arreglen. Así que me quedo con «la España que hemos vaciado». Porque si ese “hemos” nos implica a todos en el problema (en caso de que así se considere), nos impele a todos a ser parte de la solución.
¿Eso significa cambiar de vida e irnos a un pueblo? Bueno, es una opción*. Posiblemente, los miles de personas que cada año visitan Sos del Rey Católico, que se alojan en los establecimientos, comen o toman algo en bares y restaurantes, compran en las tiendas… no son conscientes de que ayudan –y mucho- a afianzar la población en el medio rural en el que estamos.
No digamos ya los que deciden rehabilitar o mantener aquí su casa familiar, que vienen cuando pueden y no traen el maletero cargado de compra sino que consumen en los establecimientos de la villa.
Evidentemente, en un pueblo no puedes comprar todo lo que necesitas o quieres, y el desarrollo de las ventas por internet nos ha facilitado la vida notablemente. Sin embargo, ¿comprar en Am-z-n una crema que puedo comprar en la farmacia por ahorrarme 1,5 €? No me parece un ahorro ni siquiera mínimamente significativo comparado con las ventajas de poder tener una farmacia cerca. Es sólo un ejemplo, y aplicable también a las ciudades. Que luego nos quejamos de que en el barrio sólo hay peluquerías y casas de apuestas.
Pueden parecer cuestiones pequeñas, y lo son si las vemos de manera individual. Pero en un lugar como Sos del Rey Católico donde el censo de población ha bajado un 22% en 15 años (de 754 en a 2002 a 588 en 2018), cada persona cuenta. Y mucho.
Vivir y sobrevivir. Captáis la diferencia, ¿verdad? Para sobrevivir se necesita un lugar donde vivir, trabajo para poder mantenerse y contar con servicios básicos (colegio, médico… y comunicaciones). Aquí las instituciones pueden hacer mucho, o muchas cosas distintas: fomentar la rehabilitación de casas para alquiler, mejorar el transporte público (o más bien, evitar que siga empeorando), acuerdos con las compañías de telecomunicaciones para las ampliar la cobertura móvil y la señal de Internet, establecer distintos medios de financiación municipal para que se pueda disminuir el IBI (en Madrid es el 0,51% del valor catastral, en Sos el 0,66%), plantear bonificaciones en la cuota de autónomos para los que ejercemos la actividad en entornos pequeños…. Ojo, considero que las actuaciones de las distintas instituciones ya hacen y han hecho por atender a la población que vive más allá del límite de las ciudades. Pero hay un amplio margen para seguir actuando, de verdad, no con algunas de esas ideas “peregrinas” que leo como parches o soluciones a la despoblación.
*Opción. Vivir. Las chicas de la familia hemos salido rurales. Yo llevo tiempo afincada en Sos, y mi hermana vive gran parte del año en el pueblo del Pirineo de donde procede la rama de mi abuela paterna. Esto creo que es una cuestión de carácter y un poco de suerte.
Vivir implica tener opciones de aprendizaje, desarrollo personal y ocio. Biblioteca municipal, escuela de música, actividades organizadas por distintas asociaciones (¡qué pena que las clases de baile sean el sábado a la tarde!), aula mentor, polideportivo… y la ventana que supone la pantalla de un ordenador. Implica además tener un entorno social de anclaje, y para las personas que aterrizan en un pueblo, el abanico de actividades permite establecer lazos y aficiones más allá de compartir una copa en un bar. Un poco de suerte para encontrar personas afines marca una gran diferencia.
Evidentemente, hay momentos de bajón, algún instante de aburrimiento y sensación de soledad. Pero ni más intensos ni más frecuentes que cuando vivía en Donosti. Vivir en una ciudad no garantiza una vida plena. Y sin embargo, por el mayor impacto que se puede tener, en un entorno rural parece más fácil alcanzar una vida lograda (concepto de Alejandro Llano plasmado en el libro de ese mismo título).
_____________
Estarás o no de acuerdo con lo aquí expuesto, es mi reflexión personal, basada en mi propia experiencia, y escrita no el momento más optimista respecto a mi entorno. Centrarse en lo positivo, intentar minimizar el impacto lo que no nos gusta y hacer por cambiar o mejorar aquello que podamos me parece una actitud clave viva uno donde viva, pero más aún en el medio rural.
Poniendo campanas
Cuando estudiaba arte medieval en la carrera, nos hablaron de la importancia de las campanas en las iglesias, que marcaban el ritmo de vida y servían de aviso de acontecimientos. El construir para ellas una torre campanario o una espadaña venía determinado por el gasto de material. La torre necesitaba más piedra (y tiempo para construirla) que una espadaña.
Tiene sentido ¿verdad? Pero entonces descubrí Sos del Rey Católico…
La iglesia de San Esteban tiene ¡2 espadañas! y la más grande diría que mide cerca de 15 metros de alto (la torre del castillo mide 20). Durante años le di vueltas, porque no me parece que toda esa estructura necesite menos piedra y tiempo para construirla que una torre campanario.
Cosas de la vida, ahora desde casa veo constantemente la espadaña, así que creo haber resuelto el misterio.
Se percibe en especial cuando ha llovido y la piedra resalta más por la humedad. ¿Lo veis? ¿notáis la diferencia en la piedra? se ve una estructura triangular, más pequeña, «dentro» de la espadaña que tenemos actualmente. Más clarita y con las piedras más rejunteadas.
Imagino que en origen la espadaña sería esa más pequeña hoy camuflada en el muro, y que durante las ampliaciones de la iglesia en el siglo XVI se recrecería hasta convertila en la que vemos hoy en día, parte esencial del contorno de Sos del Rey Católico.