Golondrinas, aviones, son de los visitantes más fieles que tenemos en Sos del Rey Católico. Llegan cada primavera y pasan con nosotros el verano, coloreando el cielo, comiéndose un montón de bichillos (¡gracias! así no nos pican) y fabricando sus casitas entre nuestros aleros, maderos, o en los huecos de los muros.
A nivel general, las “molestias” que pueden causar son mínimas, pero por segundo verano está ocurriendo en Sos algo peculiar…
En el soportal de la Plaza de la Villa anidaba desde hace años una familia de avión roquero, pero en el verano del 2015, alguien tiró el nido. Lo volvieron a hacer, pero evidentemente para ellos fue todo un shock, ya que estaban en el momento de cría.
Terminó la época estival y marcharon, pero en la primavera del 2016 volvieron. ¿Alguien duda de que los animales tengan memoria? Estos aviones está claro que la tienen, pues adoptaron una actitud un tanto agresiva (o más bien defensiva), lanzándose en vuelo rasante hacia las personas que estaban en el entorno de la plaza. Y así pasó el verano, tuvieron tres preciosas crías y a finales de agosto volvieron a marchar.
Ya han vuelto, y deben haber hecho ya la puesta, pues en esta última semana prácticamente todos los que pasamos por la plaza hemos sentido sobre nuestras cabezas el vuelo rasante y algo amenazador del avión.
Cuando hay mucha gente no se les percibe, pero si pasas solo, a según que horas del día… ¡cuerpo a tierra! Personalmente me parece una actitud algo molesta pero comprensible, sin embargo hay quien se agobia bastante. No sé cuánto tiempo le costará al pájaro superar la destrucción de su vivienda. La esperanza de vida media del avión común es de 2-3 años, no he encontrado la de avión roquero, pero espero que sea más parecida a esa que los 21 años que puede llegar a vivir el vencejo… En la tienda tenemos cascos a la venta, tal vez los tengamos que poner en alquiler.
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