En la entrada anterior hablamos del Dolmen de Arás y de los grabados rupestres cercanos. ¡Hoy vamos a ver cómo llegar andando desde Sos del Rey Católico! En menos de dos horas, ¡retrocedemos 4.000 años!
Es una excursión sencilla, no muy larga ni intensa, pero con apenas sombras. El camino es el tramo del GR1 que lleva a la Torre de Añués, marcado de nuevo y ampliado hace un par de años, lo que hace muy fácil seguirlo, aunque haya perdido parte de su encanto asilvestrado.
Arranca la vía en el Portal del Mudo. Bordeando la casa que está al otro lado de la carretera vamos bajando la colina en la que asienta Sos. En un momento tendremos que cruzar la carretera general (¡atentos!), y encontraremos a nuestro paso restos de una antigua calzada.
Ya en la parte inferior de la colina tenemos que ir unos metros por la carretera general hacia la izquierda, y cruzar para tomar el camino que surge desde la otra acera (justo tras la señala de prohibido adelantar, hay un poste indicativo). A partir de aquí, el camino no tiene pérdida, delimitado y señalizado, nos llevará hasta la Torre de Añués.
Pero, ¡nosotros no queremos llegar hoy hasta allí! Ni el dolmen ni los grabados están señalizados (por ahora, confío en que cambié pronto), y aunque están publicadas las coordenadas de ambos hitos, ubicar el dolmen a mi me costó varios intentos (con los grabados tuve ayuda). Aunque seguro que tu sentido de la orientación es mejor que el mío, las referencias gracias a las cuales yo he logrado volver a encontrar a ambos lugares:
Dolmen de Arás (dolmen de Sos del Rey Católico, dolmen de Añues)
Al llegar a la señal que marca 4,5 km a la Torre de Añues, el camino hace alguna curva y luego hay un tramo recto. Atentos en ese tramo recto, desde ahí se ve el dolmen en la pequeña colina, pero conforme os vayáis acercando el terreno lo camuflará.
Grabados rupestres (ubicados en la documentación en el Corral de Lafita)
Continuamos por el camino dirección a la Torre de Añués hasta llegar a un cruce de caminos (allí no hay señal indicativa). A la izquierda, sube un camino hacia el monte, cerrado con una valla metálica, ¡por allí tenemos que ir!
A algo menos de 1 km. (0,8-0,9) nos encontraremos con un corral derruido e invadido por la maleza a mano izquierda, ¡tras él está la roca con los grabados!
En esa explanada cubierta de vegetación, lo que primero que salta a la vista (al menos a mi) es una curiosa estructura (hay otra en la subida junto al camino): un cubo de cemento y una triángulo metálico. Son bebederos y comederos para perdices, puestos por el Gobierno de Aragón.
Hace unos años, viendo la disminución de la perdiz autóctona, se pusieron en marcha iniciativas como esa. Como uno de los motivos era la sequía, la estructura de cemento parece que recoge y almacena agua de lluvia («parece», ya que el orificio superior está tapado por una piedra).El comedero tiene una función curiosa. Y es que en principio comida no les falta, pero a veces los grupos de ciertas zonas se ven afectadas por enfermedades concretas. Si se acostumbran a comer de lo que se les coloca en esa estructura triangular, en caso necesario con la comida se mezclaría la medicación. [Sorprendente lo que he aprendido de rebote].
Cuestiones prácticas
- 6,5 km. x 2 = 13 km. (he ido varias veces y esa es la media de distancia, a veces un poco más, cuando por motivos diversos doy vueltas sobre mi misma)
- Extrema la precaución en los dos momentos en los que deberás cruzar la carretera general
- Como en cualquier excursión, calzado y ropa apropiada. También, algo para cubrir la cabeza, y es que apenas hay sombra por el camino (¡crema solar!)
- Agua (no encontrarás fuentes). Y aunque esto ya depende de cada uno, yo para un paseo así llevo algo de almuerzo. En la zona de los grabados es donde he encontrado mi txoco preferico a la sombra
- Ambos elementos se encuentran en propiedad privada y en un entorno natural, así que sé respetuoso y no dejes huella de tu paso (como vuelva y me encuentre una colilla o una lata de refresco… ¡borraré estos post!)