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Valor… ¡y a pintar el caballo!

Valor: Cualidad del ánimo que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a afrontar los peligros.

A veces, sobrellevar el día a día ya resulta una gran empresa. ¿Y en la Edad Media? Si piensas en “valor” en la Edad Media igual te vienen a la cabeza grandes guerreros, o trabajadores agrícolas que de sol a sol no tienen apenas respiro y el fruto de sus esfuerzos va a parar a algún señor feudal.

Para mí, desde ahora, el valor en la Edad Media está reflejado por los artistas que en el siglo XIV se atreven a…. ¡PINTAR UN CABALLO DE FRENTE!

Fui consciente de eso hace unos años, en una conferencia que Mª Carmen Lacarra dio en la iglesia de Santa Lucía, y que nos hizo notar, al hablar de las pinturas, como en el lado de los caballeros paganos napolitanos, había un guerrero con el caballo mirando al frente.

A pesar de que esa zona de las pinturas no es la mejor conservada, se ve que el artista lo ha resuelto de una manera notable. Haced memoria (o fijaos a partir de ahora)… ¿cuántas representaciones medievales con caballos habéis visto? ¿en cuántas estaba el caballo de frente?

Yo he visto muchísimas (pero muchísimas) imágenes, y sólo conozco dos caballos de frente. El otro igual te resulta familiar, ya que se ha llegado a convertir en un meme: el caballo representado en el folio 213r del libro L`estoire de Merlin, realizado en Francia hacia el año 1316 y conservado en la British Library.

Todos cometemos errores, pero generalmente su repercusión es temporal y limitada en el entorno (bueno, ahora con internet cada vez menos… qué importante es el derecho al olvido). Así que si te vuelves a cruzar con la imagen del caballo/huevo no te rías, piensa en el valor del artista del siglo XIV para animarse a pintar un caballo de frente. El que trabajó en Santa Lucía además de valor mostró una mayor pericia, también es cierto.

En definitiva, para mí, desde ahora, como modelo de arrojo y valor, adopto a los artistas medievales que se atrevieron a pintar un caballo de frente. Coge tus pinceles, ¡y a por el caballo de frente!

Bestiario interactivo

 

El objetivo del libro Bestiario románico en la portada de la iglesia de San Esteban (Sos del Rey Católico) fue localizar, identificar, e interpretar el sentido simbólico de los animales reales y fantásticos detectados a lo largo de años de estudio en la portada de la iglesia de Sos.

La edición en papel realizada en mayo del 2021 cuenta con fotografías realizadas antes de la restauración de la portada, y aunque la edición digital (noviembre del 2023) sustituye esas imágenes por las efectuadas tras la restauración, quería facilitar a los compradores de la versión en papel el acceso a las figuras ya restauradas. Por ello, he creado la imagen interactiva de este post, donde están localizados e identificados los animales que pueblan la portada de la iglesia de San Esteban.

Se incluyen el león en la escena de la elevatio animae incorporado en la edición digital (I13), y un pez (J3) no recogido en ninguna de las versiones del libro, ya que la primera identificación de la pieza fue errónea, identificándolo como un garrote, siendo tras la restauración cuando el detalle de la cola deja claro que se trata de un pez.

Prudentes y necias

Para comprender el arte románico es necesario conocer la Biblia, y para entender el Nuevo Testamento suele ser necesario saber más sobre cómo era la vida en Oriente Próximo en el siglo I. Así que… ¡toca aprender sobre bodas!

Aunque los datos parecen ser escasos y habría distintas variantes, había tres fases principales: procesión, consumación y celebración. La novia llegaba a casa del padre del novio transportada en una litera, con una alegre comitiva. Allí esperaba durante horas la llegada del novio, que era en torno a la media noche. Aunque lo que he leído cambia de una fuente a otra, parece que acudiría acompañado de sus amigos, y el resto de los invitados, incluidas las amigas de la novia, saldrían a recibirle, llevando éstas unas lámparas que iluminarían el camino hacia la novia. Tras un acto ritual, los novios se retirarían para la consumación, y los festejos de la boda seguiría aún siete días. ¡7 días! ¿quién querría perderse una celebración así!

¿Y por qué resulta importante conocer esa costumbre? Para poder entender mejor la parábola conocida como de las diez vírgenes, las diez muchachas, o las vírgenes prudentes y necias.

El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran insensatas y cinco, prudentes. Las insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite. En cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus lámparas. Y como el novio tardaba en llegar, a todas les dio sueño y se durmieron.
A medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”. Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. Las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite porque nuestras lámparas se están apagando”. “No —respondieron estas—, porque así no va a alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los que venden aceite y compren para ustedes mismas”.  Mientras iban a comprar el aceite, llegó el novio. Las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta. Después llegaron también las otras. “¡Señor, Señor —decían—, ábrenos!”. “¡Les aseguro que no las conozco!”, respondió él.

Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora.

Aunque sólo se recoge en el Evangelio de Mateo (25, 1-13), fue muy popular su representación plástica en la Edad Media. Es una metáfora de la segunda llegada de Cristo, el día del Juicio Final, momento que se desconoce pero para el que se ha de estar preparado. Reconozco que la parábola no me gusta demasiado, eso de no compartir, u ofrecer portar cada lámpara entre dos, no sé… En fin, vamos al tema.

Lo habitual es encontrar representados dos grupos de 5 mujeres cada uno, a un lado las prudentes (las que llevaron aceite extra) y al otro las necias, que se suelen representar con las lámparas boca abajo, con gestos de dolor, sorpresa… En la cripta de Santa María del Perdón están todas representadas en el intradós del arco del ábside central ¿Puede ser que también las encontremos en la portada?

En la dovela I1 encontramos 3 figuras. La de la izquierda tiene un aire como de pesar y  llevaba algo en su mano (parecen restos de lugares de anclajes las marcas de su mano y otra inferior), la central de ha perdido su parte superior, la mujer de la izquierda se lleva las manos a la cabeza en un expresivo gesto. Ya tenemos 3 mujeres que tienen toda la pinta de ser muchachas necias (bueno, 2,5).

En los intercolumnarios (espacios entre las estatuas columnas) de la zona izquierda, encontramos otras 3 mujeres. La expresión y gesto con el que coge lo que lleva en la mano nos anima a identificar la de la J5 como otra de las vírgenes necias, siento notorio el contraste con las mujeres de las J4 y J1 (aunque esta última… que rabia el poco esmero del XVI al construir el atrio).

Acabo de decir que tendríamos que encontrar a 10 mujeres en total, pero puede ser que el programa iconográfico no se completara (como parece que ocurrió en Santa María la Real de Sangüesa), o se haya perdido parte del conjunto. De ser correcta nuestra interpretación, tendríamos localizadas 2 prudentes (vale, 1,5) y 4 necias (bueno, 3,5). ¿Jugamos a buscar las que faltan? Tendrían que ser mujeres con el mismo atuendo, en el que destaca la toca tipo almízar, que les cubre cuello y cabeza, ocultando tanto el pelo como las orejas.

El primer paso lógico sería mirar la I2, donde también se perciben 3 figuras. La pega es que la de la izquierda parece más pequeña (¿niña? ¿habría un angelico arriba?), lo que lleva se asemeja a una palma, y ninguna de las dos cabezas conservadas lleva el mismo tipo de tocado que las otras figuras. ¿Y los intercolumarios de la derecha? De estar ahí, apostaría por las J12 o la J15, las más desgastadas, ya que en las demás se ve lo suficiente (a veces una oreja o un trocito de pelo) para descartarlas. De ser ambas, tendríamos 8 mujeres, y aún nos faltarían otras dos.

¿Dónde seguimos buscando? Al otro lado de la arquivolta interior. La I11 y la I12 están demasiado desgastadas, a pesar de ello, por el mínimo relieve que se conserva, la I11 se asemeja más a las parejas de animales que encontramos sobre todo en la arquivolta exterior. De la I13 hablamos hace poco, explicando la escena de la derecha, el ángel elevando el alma de la mujer, ¿abrazada por un león? Pero en la dovela había dos figuras más. La central ha desaparecido, pero la de la izquierda, ¿podría llevar en la mano lo mismo que las mujeres de las J1 y J4? ¿Podríamos haber tenido allí otras dos jóvenes prudentes? Me choca que compartieran dovela con la elevatio animae aunque la parábola haga referencia a la muerte y a la vida postrera, aunque la ubicación -en el arranque de la arquivolta a la derecha- sería la perfecta.

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Pocas certezas puedo presentaros hablando de la portada de San Esteban, con que mis hipótesis (que intento fundamentar lo más rigurosamente posible) sirvan para avanzar, ¡me doy por satisfecha!

¡Feliz 2024!

Cómo no, la inspiración para felicitación de este año ha sido la portada de la iglesia de San Esteban 🙂