¿Confuso por el título del post? ¡No te preocupes! Los conceptos se aclararán cuando conozcas mejor la dovela I3 de la portada románica de San Esteban. Sí, sí, ¡una de la arquivolta interior! 🙂
Ángeles
La portada de la iglesia principal de Sos del Rey Católico está plagada de ángeles. En ocasiones, aparecen claramente con la función que etimológicamente tienen, mensajeros, como en la escena que creemos representa la Anunciación (C3), y en el tímpano los encontramos con otro de sus papeles esenciales, como adorantes. Pero hay más, muchos más.
Parecen instar al bien en las dovelas C12 y C13, y sin ser “argumentalmente necesario”, encontramos a un ángel guiando a la Sagrada Familia en la huida a Egipto (C4). Y es que, tal vez se me escapa el mensaje, pero en múltiples ocasiones me da la sensación de que los encontramos en las dovelas, esencialmente, para equilibrar la escena.
Además de mensajeros y adorantes, otra de las “misiones” de los ángeles, de la que no he encontrado referencias bíblicas claras pero sí numerosas muestras en el arte, es la de llevar las almas de los difuntos. Hablamos un poquito de la idea de elevatio animae al hablar de la dovela I6, aunque lo habitual es que el alma se represente como un niño.
En algún capitel, pero sobre todo en el contexto del arte funerario, esa alma infantil es trasladada al cielo por los ángeles utilizando una tela, o inscrita en una mandorla. Buscando, he encontrado además una representación en la portada del juicio final de la iglesia de San Trófimo (Arlés) donde un ángel va entregando las almas de los elegidos a los patriarcas.
Volvamos a la portada de Sos del Rey Católico. Como igual sabéis, el Gobierno de Aragón ha impulsado la restauración de la portada de San Esteban y el verano pasado un equipo multidisciplinar realizó el informe y memoria previa. Pude en ese momento subir al andamio, y gracias a ello vi más clara la pieza I3.
Desde abajo me parecía algún ángel con alguna cosa en las manos. Desde arriba quedó confirmado que son 3 ángeles (al central le faltan las alas y la cabeza, lástima no poder confirmar los pies desnudos), y que lo que llevan son sendos niños. Al de la izquierda le vemos de frente, con las manitas en actitud de oración. Diría que son ángeles portando almas de difuntos.
No os voy a engañar, me choca esa imagen sin estar en un contexto más amplio. Pudiera ser que lo representado en las piezas totalmente desgastadas mantuviera un diálogo con esta escena. Por ejemplo, si estuviera al lado la matanza de los inocentes, o alguna referencia al juicio final, con otra imagen de almas siendo trasladadas al infierno.
Para interpretarlo como ángeles portando almas también me desconcierta la manera en la que los aúpan dos de las figuras, abrazándolos en vez de entregándolos o elevándolos. Sin embargo, no se me ocurre ninguna lectura mejor. ¿Conoces alguna representación similar? ¿Crees que la interpretación debería ser otra? ¡Será un placer leer tus comentarios!
Expolio
Expoliar: despojar con violencia o con iniquidad.
Estaréis hartos de leer sobre el “lamentable estado de conservación de la portada”. De acuerdo en que el clima y el paso del tiempo han tenido mucho que ver en su deterioro, pero también la mano del hombre. Lo he comentado en alguna ocasión, pero creo que no lo había compartido por aquí, por escrito.
Ya sabéis que he mirado y miro mucho la portada, y la gran cantidad de cabecitas que faltan no me parece fruto del azar. ¿Figura no demasiado alta que sobresale? ¡le falta la cabeza! ¿Casualidad? Fijaros en la erosión de la figura de la izquierda. Lejos de ser experta, pero tiene toda la pinta de estar creada con un cincel y a martillazos. Imagino que quien fuera arrancó así, además de otras piezas de la portada, las cabezas de los bebés de la izquierda y centro, y la cabeza y ala del ángel central, pero con el del lateral no salió bien, al no estar exenta respecto a la piedra de la dovela.
Respecto a cuándo desaparecieron vilmente las cabecitas de tantas figuras románicas de la portada, yo diría que como tarde, el siglo XIX. En las fotos más antiguas que he encontrado de la portada, de comienzos del siglo XX, me parece intuir que ya faltan cabecitas.
No hay vuelta atrás, de poco vale lamentarnos por lo ocurrido hace más de cien años. Sí que podemos intentar frenar expolios actuales (en especial en zonas de conflicto bélico), e intentar que ni desidia ni afán de lucro sigan mermando el patrimonio que tenemos cerca. Lo que no se conoce, no se valora; lo que no se valora, no se cuida.