Vamos a presentar hoy cuatro piezas de la portada románica de San Esteban. La 5º y 6º de la arquivolta interior y las 8º y 9º de la central, en ambos casos, comenzando a contar desde la derecha del espectador. Va a quedar una entrada un poco larga, pero visualmente, las cuatro dovelas están juntas y, a pesar de las diferencias, parecen querer transmitir un mensaje unitario. Así que, ¡gracias por dedicarnos un poco más de tiempo de lo habitual en la lectura!
La composición es similar en las cuatro. Inicialmente pensé que era la misma, grupos de tres figuras en cada dovela, pero mirando mejor, me di cuenta de que las de la arquivolta interior parecen tener cuatro figuras y no tres.
Empezamos por la ARQUIVOLTA CENTRAL. La que aporta el mensaje más claro (que creemos extrapolable al resto de las piezas como conjunto) es la 8º:
En el centro, un hombre que sujeta un objeto con las manos ¿un instrumento musical? ¿una tabla?. A su derecha se distingue claramente un ángel, que intenta llamar su atención tomándole del codo. A su izquierda, una figura que le susurra al oído (la cabeza está muy deteriorada, por lo que no podemos saber si era humana o animal).
A pesar de no poder captar alguno de los matices, parece claro que la figura central se encuentra entre dos fuerzas contrapuestas, el bien y el mal. La representación de una figura (hombre, animal, ser celestial, demonio…) susurrando al oído nunca es trivial, la comunicación dicta una conducta.
Hay varias representaciones similares donde es Herodes el que está flanqueado por un ángel y un demonio, ambos intentando influenciar en sus decisiones. Igual no has visto esas representaciones, pero ¡seguro recuerdas algo similar de algún dibujo animado!
La figura central de la 9º parece una mujer, girada hacia el ángel de su izquierda. La mano izquierda sobre la cadera, el brazo derecho doblado, con una bola en la mano. Aunque el ángel no le susurra al oído, el gesto de la mano en la espalda, atrayéndola hacia él, es muy expresivo. Además, la bola puede tener distintos significados en el arte medieval, en función de su contexto, y uno de ellos es la representación del bien opuesto al mal. Ojalá supiera qué lleva el hombre al que la mujer casi le da la espalda, estoy segura de que nos ayudaría a entender aún mejor el mensaje.
Respecto a la composición de las dos piezas de la ARQUIVOLTA INTERIOR, encontramos cuatro figuras, relacionadas por parejas, cada una como si fuera un espejo contrario de la otra. Animal/persona, “figura”/animal.
La persona de la 6º dovela es un hombre, la saya le llega hasta las rodillas y lleva una daga con funda al cinto. La persona de la 5º, por el tipo de vestimenta, yo diría que es una mujer. Ambas personas tienen una postura un tanto curiosa, evidentemente realizada a propósito. François Garnier tiene una brillante obra (Le langage de l’imagen du moyen âge) donde interpreta los gestos y posturas de las figuras del arte medieval, y tras analizar cientos de obras llega a una serie de conclusiones fracamente interesantes. Como en otras ocasiones, esta vez hemos acudido a él.
Ese tipo de posición corporal, con las piernas dobladas y el brazo (o brazos) alzados, se relaciona facilmente con orantes, en especial si el cuerpo está representado en ¾ y la cabeza girada hacia arriba (en nuestro caso, nos quedamos sin poder confirmar el giro de la cabeza). La postura de las piernas denota humildad y adoración, la de los brazos, ruego y ofrenda. Si bien nuestras figuras no son orantes, el lenguaje corportal nos indica que no se encuentran ante meros animales, sino que estos son la representación de algo superior.
En cuanto al animal hacia el que se gira cada persona, son símbolos contrarios, así como lo es la actitud hacia ellos. En la 6º vemos una preciosa águila, que en este caso creemos representaría a Cristo (para otras lecturas simbólicas de este y los demás animales de la portada, zoológico en piedra)
Parece que el hombre le está acariciando la cabeza o el mentón. De ser así, es un gesto afectuoso, utilizado en representaciones de amor romántico, maternal, fraternal…
En la 5º encontramos un detallado macho cabrío, símbolo del diablo. La ¿mujer? ¡le está tirando de las barbas! uno de los mayores insultos de la Edad Media, y un gran gesto de agresividad en la mayoría de las ocasiones en las que se representa. No es infrecuente la imagen de dos hombres tirándose mutuamente de las barbas (o uno a otro), y se entiende que son ancianos que luchan de esa manera al no poder batirse en armas. Sin embargo, no he encontrado una imagen similar a la que tenemos en la portada románica de Sos del Rey Católico (como siempre, si conoces alguna, será un placer que nos lo cuentes en los comentarios).
El animal que se encuentra en la parte superior de ambas dovelas es algún tipo de mamífero, difícil poder concretar más.
Hay que fijarse bien, pero entre la persona y ese mamífero, hay “algo” en ambos casos. En la 6º, lo que podría ser un animal, en vertical, boca abajo (la cabeza a los pies de la persona y el mamífero exterior). En la 5º se ve más claro, ¡una personas desnuda cabeza abajo! Los brazos caídos y la cabeza están entre los pies de las figuras que le enmarcan. Las piernas salen de la boca del mamífero. Parece que o lo está empezando a tragar o está terminando de vomitarlo. Tiene un aire a las almas de los condenados devoradas en el infierno.
No llego a tener del todo claro si el mensaje específico de estas dos dovelas es «si haces esto te pasa esto en la otra vida, o no hagas esto que te pasará esto, pero sea como sea, la idea general que transmite de impulso «hacia el bien», sería la misma. Ojalá se conservaran las cabezas de las personas para intentar afinar del todo con su expresión.
CONCLUSIÓN
Por la colocación de las piezas parece que las cuatro presentan el mismo mensaje: el ser humano rodeado e intentado ser influenciado por fuerzas del bien y del mal, con un apunte a las consecuencias de dejarse llevar por la maldad. Sabemos que la vida no es tan sencilla, pero ya hemos hablado otras veces de la proliferación en el arte medieval de la dicotomía bien/mal.
Cada una de las dovelas es una delicia en sí misma, en detalle y composición. Pero además, en esta ocasión, me parece especialmente interesante el que el mensaje intente reforzarse con representaciones distintas, colocándo las cuatro de manera que se entiendan como conjunto.
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