¡Volvemos a la portada románica de San Esteban! Referencias a esta portada encontramos en numerosos libros de arte medieval aragonés, pero generalmente se centran en lo más obvio (tímpano, estatuas-columna). Somos conscientes de que el estado en que se encuentra desanima al más pintado, ¿para qué invertir tiempo y esfuerzo en descifrarla habiendo tantos ejemplos románicos mucho mejor conservados?
Uno de los autores que más se “mojó” intentando averiguar las escenas fue René Crozet (Recherches sur la sculpture romana en Navarre et en Aragón). Él nos dice que la segunda dovela (desde la izquierda) de la arquivolta central representa a una figura boca abajo entre dos dragones. ¡Con lo que me gustan a mí los dragones! Fue leerlo y acercarme a la iglesia a ver esa pieza. Mmm… sí, una curiosa figura boca abajo sí que hay, con el pelo revuelto, lástima que le falten las piernas. Pero dragones… más bien ¡grifos!
Ya en el año 3.000 a.C. aparecen grifos en Egipto y Mesopotamia, fue muy representado en el arte griego y continuó siendo un motivo habitual en el arte cristiano medieval. En grifo es un ser fantástico (bueno, se le tenía por real) formado por elementos de águila y león, los reyes del cielo y la tierra. Suelen representarse de manera estática, en parejas y con actitud vigilante o protectora. En nuestro caso, así están, pero el situado a la derecha o tiene el pico abierto o lo ha perdido…
Pero, ¿a qué puede hacer referencia la imagen en su conjunto? Porque parece claro que representa algo concreto, ¿no?. Y así empieza una ronda de lecturas sobre imágenes, escenas, en las que aparezcan los grifos, hasta llegar a Alejandro Magno.
En el libro Vida y hazañas de Alejandro Magno, de Pseudo Calístenes (siglo III) se narra como tras conquistar la India, el rey de Macedonia quiere ver el mundo entero para confirmar si ha llegado a sus confines. Para ello, se hace elevar por los aires con dos animales, que habitualmente son representados como grifos. La manera en que se plasma el ascenso varía un poco: sujeta a los grifos con cuerdas, con sus manos, engancha a ellos un escudo… El caso es que en medio del vuelo se encuentra con una sirena/arpía (un ave con rostro humano) que le manda volver a tierra (o le lanza de vuelta), pues “¿por qué a pesar de ignorar las cosas de la tierra te empeñas en conocer las del cielo?”. De esta manera, la escena pasa a representar para la mentalidad cristiana la soberbia, uno de los pecados capitales.
¿Por qué he tardado meses en publicar este post? Porque no he logrado encontrar ninguna otra representación escultórica de la caída de Alejandro Magno con la que poder reafirmar la lectura. Sí hay un buen número de ejemplos de la ascensión (ver la imágenes finales), pero ¿acaso la representación de Sos del Rey Católico es única? No creo, pero no he logrado llegar a más. Si alguien conoce alguna imagen de la caída, por favor, ¡que la comparta en los comentarios!