¿Conoces a…

…el monje Pelayo? En la portada románica de San Esteban, la estatua-columna del extremo derecho, es un monje/ermitaño muy fácil de reconocer, ¡y es que en el pecho lleva grabado su nombre! “Pelay”¿No sabes quién es? Te cuento.

pelayo-en-portadaÉrase una vez, hace mucho tiempo (allá por el año 813), que en el precioso bosque de Libredón vivía un ermitaño llamado Pelayo. Tranquila y apaciblemente transcurría su existencia, hasta que una noche vio un misterioso resplandor en uno de los montículos del bosque. Pensó que podría haber sido su imaginación (o producto de algún fruto que había comido ese día), pero las luces se repitieron la siguiente noche, y la siguiente, y la siguiente… siempre en el mismo lugar.

¿Qué hacer? Decidió contar lo que ocurría al obispo Teodomiro, quien al principio también creyó que el ermitaño se había liado al elegir las bayas para el almuerzo (esto no lo dicen las crónicas, pero seguro que es lo que pensó). ¡Ver para creer! Ante la insistencia de Pelayo, el obispo –con su séquito, sólo por si acaso- le acompañó a su refugio y él mismo pudo ver las extrañas luces.

Se acercaron al montículo en cuestión y allí, entre la vegetación del bosque, descubrieron un sepulcro de piedra en el que reposaban tres cuerpos: el apóstol Santiago y dos de sus discípulos (Teodoro y Atanasio). Alguna versión de esta historia asegura que lo que encontraron fue un cuerpo decapitado con la cabeza bajo el brazo. Der ser así, seguro que fue “más sencillo” identificarlo con Santiago el Mayor.

arqueta-stiagoEl obispo comunicó el hallazgo al rey Alfonso II de Asturias, quien ordenó la construcción de una capilla en el lugar del descubrimiento. Y ya sabes cómo continúa la historia… empezaron a llegar cada vez más peregrinos, la capilla fue sustituida por una iglesia, siguieron llegando peregrinos, y en el año 1075 comenzó a construirse la catedral de Santiago de Compostela.

¡Feliz día de Santiago!

No saldrás volando

angel02Aunque los ideales cambian en cada época y cultura, es común asimilar la belleza a la bondad y la fealdad a la maldad, en la vida, y en especial en el arte (técnicamente, a eso se le conoce como reciprocidad simbólica entre lo somático y lo psíquico). Así, vemos en el románico como los demonios, pecadores y condenados al infierno suelen tener rasgos exagerados y grotescos, mientras que los personajes “positivos” resultan más armónicos y equilibrados en sus formas y gestos.

Esto tiene sus pegas, ya que resulta más fácil rechazar aquello que nos causa repulsión, ¿y cómo va a hacer así el demonio su trabajo? A finales del gótico el diablo tentador empieza a tener una forma bella, más práctica para sus intentos de manipulación.

Pero volvamos al románico. Si hay unos seres que encarnan la bondad, son los ángeles. Representan a Dios, son sus mensajeros, protegen y guían a los mortales.

angel01En la portada de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico los encontramos como parte de numerosas escenas: en la Anunciación, guiando a la Sagrada Familia en la huida a Egipto… y en un buen puñado de dovelas cuya lectura aún se me escapa.

Pero además, entre las estatuas columna de la zona izquierda (del espectador), encontramos la figura solitaria de un ángel. Es una representación “estándar”: hombre joven, imberbe, bello, alado (atributo típico de los ángeles desde el siglo V), y descalzo (pueden volar, ¿para qué los zapatos?). Lleva un objeto en la mano que no me atrevo a identificar. No me parece ni la esfera celeste ni un incensario, que los objetos que he visto que llevan en otros ejemplos románicos. ¿Alguien se anima a aventurar lo que lleva?

¿Qué celebramos?

Generalmente, para ir desentrañando las imágenes de la portada románica de San Esteban, funciono así: me fijo en una pieza, la fotografío (si puedo, desde distintos ángulos), anoto qué es lo que veo, y me pongo a rastrear libros e imágenes para averiguar a qué puede hacer referencia.

Pero con esta imagen el proceso ha sido diferente. La encontré en el libro iconografía musical del románico aragonés. No indicaba posición (tan sólo arquivolta central), y a pesar de que con la explicación estaba publicada la imagen, la verdad es que tardé un buen rato en localizarla. De hecho, dado el estado de conservación de la dovela, me parece un milagro que Pedro Calahorra, Joaquín Lacasta y Álvaro Zaldívar Gracia hayan logrado identificar la escena.

dovela-musicos00Esta es la 8º dovela (contando desde la izquierda) de la arquivolta central. En ella hay tres figuras (no dos). La de la izquierda es la más deteriorada de todas. El libro apunta que, por el ropaje, tanto la central como la de la derecha serían mujeres. La central tañe un laud corto o mandora (también conocida como “guitarra morisca”), y aunque no lo concreta el texto, la de la derecha parece llevar un instrumento de percusión (pandereta o similar).

No ves nada. Lo imagino. A ver si así es más fácil: a la izquierda, mandora. A la derecha, miniatura en la que músico toca laud, de las Cántigas de Alfonso X. Me sigue pareciendo increíble que lo localizaran en la portada.

dovela-musicos01Variarán las maneras, pero en todas las culturas y épocas se usan la música y el baile para celebrar acontecimientos. Rastreando imágenes «similares» a la de Sos, encontré esta miniatura del Hagadá Dorado (Barcelona, c. 1320) en la que Miriam y las mujeres hebreas celebran haber cruzado el mar Rojo en el éxodo (ya sabes, Moisés abriendo las aguas…).

dovela-musicos02Busca cualquier motivo, pon música que te guste, ¡y échate a bailar!

Caída libre

¡Volvemos a la portada románica de San Esteban! Referencias a esta portada encontramos en numerosos libros de arte medieval aragonés, pero generalmente se centran en lo más obvio (tímpano, estatuas-columna). Somos conscientes de que el estado en que se encuentra desanima al más pintado, ¿para qué invertir tiempo y esfuerzo en descifrarla habiendo tantos ejemplos románicos mucho mejor conservados?

Uno de los autores que más se “mojó” intentando averiguar las escenas fue René Crozet (Recherches sur la sculpture romana en Navarre et en Aragón). Él nos dice que la segunda dovela (desde la izquierda) de la arquivolta central representa a una figura boca abajo entre dos dragones. ¡Con lo que me gustan a mí los dragones! Fue leerlo y acercarme a la iglesia a ver esa pieza. Mmm… sí, una curiosa figura boca abajo sí que hay, con el pelo revuelto, lástima que le falten las piernas. Pero dragones… más bien ¡grifos!

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Ya en el año 3.000 a.C. aparecen grifos en Egipto y Mesopotamia, fue muy representado en el arte griego y continuó siendo un motivo habitual en el arte cristiano medieval. En grifo es un ser fantástico (bueno, se le tenía por real) formado por elementos de águila y león, los reyes del cielo y la tierra. Suelen representarse de manera estática, en parejas y con actitud vigilante o protectora. En nuestro caso, así están, pero el situado a la derecha o tiene el pico abierto o lo ha perdido…

grifoPero, ¿a qué puede hacer referencia la imagen en su conjunto? Porque parece claro que representa algo concreto, ¿no?. Y así empieza una ronda de lecturas sobre imágenes, escenas, en las que aparezcan los grifos, hasta llegar a Alejandro Magno.

En el libro Vida y hazañas de Alejandro Magno, de Pseudo Calístenes (siglo III) se narra como tras conquistar la India, el rey de Macedonia quiere ver el mundo entero para confirmar si ha llegado a sus confines. Para ello, se hace elevar por los aires con dos animales, que habitualmente son representados como grifos. La manera en que se plasma el ascenso varía un poco: sujeta a los grifos con cuerdas, con sus manos, engancha a ellos un escudo… El caso es que en medio del vuelo se encuentra con una sirena/arpía (un ave con rostro humano) que le manda volver a tierra (o le lanza de vuelta), pues “¿por qué a pesar de ignorar las cosas de la tierra te empeñas en conocer las del cielo?”. De esta manera, la escena pasa a representar para la mentalidad cristiana la soberbia, uno de los pecados capitales.

¿Por qué he tardado meses en publicar este post? Porque no he logrado encontrar ninguna otra representación escultórica de la caída de Alejandro Magno con la que poder reafirmar la lectura. Sí hay un buen número de ejemplos de la ascensión (ver la imágenes finales), pero ¿acaso la representación de Sos del Rey Católico es única? No creo, pero no he logrado llegar a más. Si alguien conoce alguna imagen de la caída, por favor, ¡que la comparta en los comentarios!

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Fuente de las imágenes: capitel de la iglesia de San Andrés (Revilla de Collazos, Palencia), Jesús en Flickr / Encuentro con un ángel (reconversión cristiana de la arpía) en iluminación de Historia Scholastica (1300), the iris / Capitel de Tudela (Navarra), romanicoennavarra  / Capitel de la iglesia de San Gil (Luna, Zaragoza) romanicoaragones /  Capitel en la ermita de Santa Catalina de Alejandría (Azcona, Navarra), sasua.net  / Capitel en Fuentideña (Segovia), círculo románico  / Capitel de la catedral de Santiago de Compostela, arquivoltas

Un zoológico en piedra

¿Te has fijado alguna vez en el zoológico en piedra que tenemos en Sos del Rey Católico? Si te acercas a la portada románica de San Esteban, a pesar del deterioro provocado por el clima, podrás ver un gran número de animales. Bueno, realmente tal vez no sea especialmente sencillo encontrarlos, así que ¡hemos pensado echarte una mano!

Te presentamos aquí a los animales “reales” que encontramos en las arquivoltas de la portada, y dejamos para otro momento los que forman parte de escenas (caballos, leones, serpientes…) o del bestiario imaginario (vale, hay dos piezas con las que aún tenemos importantes dudas, creemos que pertenecían al ámbito imaginario, pero igual terminan en este zoológico)

animales

En alguna otra ocasión hemos hablado de la función didáctica del arte medieval, así que imaginarás que estos animales no sólo están ahí a modo de decoración o para mostrar parte de la creación divina… Algunos animales tienen connotaciones positivas, otros negativas… aunque no siempre es tan sencillo, pues depende del contexto en el que se encuentren.

Como verás, casi todas las piezas están en la arquivolta exterior (E), y predominan los animales que van emparejados. Para la numeración, empezamos a contar desde la izquierda del espectador.

E22Sin mucha ayuda, a mano derecha (E22), seguro que puedes ver una pareja de graciosos monos. Estos animales tan simpáticos tenían un caracter muy negativo en la mentalidad medieval, se les considera imagen del mal y del paganismo, ¡se les llega a identificar con el demonio!, y se les asocia con dos de los pecado capitales, la lujuria y el orgullo (¡pobrecillos!). A nivel más general, son una muestra de la degradación del ser humano cuando en él prima la materia sobre el espíritu.

Justo sobre ellos (E21) encontramos una pareja de lo que creemos son felinos, por el tipo de morro que presentan, aunque no distingamos tratamiento en el pelaje que nos pueda dar mayores pistas. Y concretar la especie se complica aún más con los dos animales de la E22… a lo largo del tiempo he barajado la idea de que fueran salamandras, zorros (por una cuestión recogida en los bestiarios que podría explicar que uno tenga la boca abierta y otro cerrada), o perros. ¿Y si nos quedamos con «mamíferos» y así limitamos la posibilidad de error?

Al otro lado de la portada encontramos otros dos grupos de parejas de mamíferos (E2 y E5). En la E2 tenemos un perro y una liebre. Los de la E5 resultan curiosos, pues sus cabezas se encuentran… ya si es con actitud bélica o amorosa, te dejamos a ti que lo decidas. Son dos lobos. Los peligrosos lobos se asocian a nivel general con el mal, y las escenas donde los perros persiguen a las liebres se tienden a interpretar como la lucha constante frente a las debilidades del espíritu. Y es que las liebres no suelen salir muy paradas en los bestiarios medievales, considerándolas ejemplo de debilidad y lujuria.

También hay animales considerados esencialmente positivos en el arte medieval, no creas. Por ejemplo, las ovejas son símbolo de los justos. Por el tratamiento del cuerpo, ovejas  parecen las figuras de la dovela C11, aunque el estar ubicada en la arquivolta central nos ha hecho dudar considerablemente. En el caso de la E16, aunque inicialmente pensamos que ambos animales eran el mismo, un examen más detallado nos ha hecho ver que si bien la figura inferior/izquierda parece una oveja, la otra podría ser un gallo. De ser así, encontraríamos dos animales que se han vinculado en el arte románico a Jesucristo.

Esencialmente positivo también es el buey. Representa la bondad, la calma, la capacidad de trabajo y sacrificio. Y de buey parece ser la cabeza que nos mira desde la dovela central de la arquivolta exterior (E13). Junto a él (E12) encontramos lo que podría ser un águila, y al otro lado (E14), vemos una serpiente-dragón enroscada sobre sí misma, símbolo en esta ocasión no del mal, sino del ciclo eterno, un uróboros. Si añadimos el cuarto animal que en el entorno de la clave de la arquivolta está tallado de manera indiviual, posiblemente un león, nos encontramos con algo muy relacionado con la idea del tretramorfos.

Las aves son así mismo animales benignos a nivel general, ya que al volar y ascender se las asoció con el alma humana que busca la trascendencia, la espiritualidad. Con la intención de trasmitir eso se eligió preferente a la paloma o la tórtola, añadiendo en el segundo caso un “plus” al representar además la fidelidad y el matrimonio. En la pieza E8 encontramos una pareja de palomas o tórtolas, la ausencia de cabeza y nuestras capacidades no nos permiten asegurar más.

La reina de las aves, el águila, simboliza en la Edad Media cuestiones distintas, la mayoría de caracter positivo: el bautismo, la penitencia, la ascensión, la oración, o incluso al propio Cristo. En la portada encontramos dos, a las que se les parece dar una importancia especial, ya que en vez de compartir dovela, cada una tiene la suya propia (E4 y E5).

Al otro lado de la portada encontramos otra rapaz (E21), un buho, una de las excepciones a lo positivo de las aves, ya que al ser un animal nocturno, se le asociaba con el hombre pecador.

No somos especialistas en arte románico (¡ojalá!) pero este post está hecho a base de consultar numerosa bibliografía y ver cientos de ejemplos de arte románico. Vamos, que como media estamos seguros al 95 % de lo que hemos contado (en algún caso al 100%, en otros al 90%). Si alguien considera que hemos metido la pata en alguna identificación, estaremos encantados de rectificar lo que sea necesario 🙂

[Actualizado, 28 de marzo del 2021]

Imágenes descolocadas

En las paredes laterales de la entrada a la iglesia de San Esteban (Sos del Rey Católico) encontramos tres piezas talladas que parecen estar fuera de lugar, ¡y es que lo están! Tanto el pórtico, como la puerta adintelada, como el último tramo de la cripta son ampliaciones que se hicieron en el siglo XVI. Cuando se construye la iglesia, en el siglo XII, la entrada sería similar a la de la iglesia de Santa María la Real de Sangüesa. ¿No lo visualizas?

reconstruccion-portada

Te ahorro buscar las diferencias… ha desaparecido la puerta adintelada renacentista, el remate superior es una cornisa con canecillos, y dos columnas enmarcan la portada. En esas columnas es donde parece que estarían las 3 piezas (¿tal vez más?) que actualmente vemos reutilizadas en los muros construídos en el siglo XVI.

Hoy vamos a presentaros las dos piezas situadas a mano derecha. En la superior vemos tres mujeres cubiertas de velo, cada una de ellas con un frasco en la mano. ¿Quienes son? María Magdalena, María (madre de Santiago) y Juana o Salomé. La identidad de las tres mujeres varía según los evangelistas, y comunmente se las conoce como “las tres marías”. Esta imagen hace referencia a la resurección de Cristo. Por si –como yo- andas un poco justo de historia bíblica, te lo cuento con más palabras…

L2-mariasEn el siglo I, los judíos enterraban a los muertos generalmente el mismo día en que morían. Los parientes y amigos lavaban el cuerpo, lo ungían con aceite y especias aromáticas, para luego envolverlo con telas y sepultarlo en tumbas labradas en roca. Una vez se desomponía la carne, los huesos se recogían y guardaban en urnas (osarios).

Pero Jesús muere en la cruz unas tres horas antes del sábado. Y en sábado, día de descanso, estaba prohibido hacer diversas actividades, entre ellas, los preparativos funerarios. Por eso, al morir Jesús su cuerpo se coloca en el sepulcro, pero sin realizar el resto de los ritos.

Ya el domingo, algunas discípulas de Jesús se acercan al sepulcro para lavar y ungir el cuerpo con aceites (es lo que llevan en los frasquitos), y al llegar descubren la tumba vacía. Cristo ha resucitado. A la derecha hay otra figura, totalmente desgastada, ¿podría ser el ángel que les anuncia la resurección? Quien sabe…

L3La pieza inferior está más deteriorada, por lo que saber exactamente lo que representa es difícil. A riesgo de equivocarme, creo que también hace referencia a la Pasión (¿descendimiento? ¿resurección?). ¿Qué vemos? En el centro un hombre con túnica (le falta la cabeza) en una postura un tanto extraña. A la izquierda, una mujer con velo. Entre la mujer y la figura central podría haber uno o dos personajes más. Sobre ella, un ángel en la esquina del que sólo conservamos la cabeza (con cabello rizado). A la derecha parece que hubo más figuras, irreconocibles por el deterioro de la piedra. ¿Alguien se anima a concretar más?

Biblia tallada en piedra

La estética, el mensaje… el arte refleja en cierta medida la cultura y época que lo crea. Así, el arte medieval tiene una función esencialmente didáctica. Lo expresó muy bien el papa Gregorio I (s. VI): el arte debe ser para los iletrados lo mismo que la escritura para los que saben leer. De esta manera, las portadas románicas y góticas son auténticos libros en piedra. Nos hablan de lo que se debía hacer –y en especial, de lo que no se debía hacer- para alcanzar el cielo. La biblia y vidas de los santos eran los espejos de las “actitudes recomendables”.

Encontramos varias escenas bíblicas en la portada de la iglesia de San Esteban (seguro que hay más de las que tenemos detectadas). Hoy vamos a presentaros dos de ellas, situadas en la aquivolta central, las dovelas 3 y 4 empezando a contar desde la izquierda.

Lo representado en la cuarta pieza es muy sencillo de reconocer, aunque tal vez no tan sencillo de ver:

huida-egipto¿Qué representa? ¡Muy bien! La huida a Egipto, el momento en que la Sagrada Familia (tras la visita de los Reyes Magos), marcha de Belén al comunicarle un ángel a José que Herodes busca al niño para matarlo. Fijaros, me encanta la actitud protectora del ángel posando las manos sobre José y el burro.

anunciacionEn la imagen que está en la dovela inferior vemos una mujer (sin cabeza) en el centro, con un ángel a su derecha. El ángel levanta la mano derecha, símbolo de saludo, respeto, y que indica además la verdad del mensaje que va a anuncia. ¿Qué mensaje? Que espera un hijo de Dios. Y es que la escena parece ser la Anunciación.

A la izquierda de la Virgen María, equilibrando la escena esculpida, encontramos dos figuras. La de abajo parecer ser un perro (símbolo de fidelidad). El desgaste de la superior nos hace dudar hasta de si se trata de un animal o una persona (a un escala menor)

Uróboros

En el último post que dedicamos a la iglesia de San Esteban os hablamos de cómo el mismo elemento puede simbolizar cosas algo distintas según el contexto. También ocurre que con el paso del tiempo un símbolo puede cambiar su valor. ¿Alguien con ofidiofobia (pánico a las serpientes)? Mejor no sigas leyendo.

San Miguel ArcángelEn la antigüedad, la serpiente fue una representación de la Madre Tierra, símbolo de la fertilidad y fecundidad, asociada a la salud y a los héroes. ¿Y qué ocurre en la Edad Media? ¡pasa a simbolizar algo totalmente diferente! La serpiente/dragón de pronto representa el mal o se utiliza como símbolo y castigo de la lujuria. Así la vemos enfrentada a San Miguel o mordiendo los pechos de mujeres desnudas.

Una pena. Y es que personalmente me gustan las serpientes (será porque de peque tuvimos una pitón como mascota en casa) y me encantan los dragones (de eso no hemos tenido). Por eso, me alivia ver cómo hay una serpiente/dragón que logra evitar esas connotaciones negativas: aquella que muerde su propia cola formando con su cuerpo una forma circular. A este símbolo se le llama uróboros (u ouroboros), palabra que deriva del griego y que literalmente significaría “comer cola”.

serpientesEs un símbolo arquetípico, utilizado por multitud de culturas. Algunos ejemplos: La representación más antigua parece ser la que se encuentra en el contenedor de los sarcófagos de Tutankamon, una forma de la serpiente Mehen, que protege la barca solar de Ra. En alguna ocasión se representa así a Quetzalcóalt, y es un símbolo habitual en las edades media y moderna, en especial en libros de alquimia.

Al empezar a rastrear imágenes medievales del uróboros pensé que iba a encontrar muchos ejemplos en escultura. O si no muchos, al menos unos cuantos, los suficientes para poder compararlos con una de las imágenes que te tenemos en la portada románica de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico. Dos uróboros entrelazados decoran un canecillo de la iglesia de San Lorenzo (Vallejo de Mena, Burgos), y varias serpientes también entrelazadas están talladas en un capitel en la iglesia de Saint-Ètienne (¡San Esteban!) de Caen. En este caso son interpretadas como Jörmundgander, la serpiente que según la mitología nórdica rodea del mundo*.

uroboros

Poco se parecen estas imágenes la que encontramos en Sos… En la zona central de la arquivolta exterior tenemos esta preciosa serpiente/dragón (con patita) que muerde su propia cola, formando un círculo con su cuerpo. Eternidad, infinito, unión de todas las cosas, ciclo eterno de la naturaleza (morir/renacer)… eso es lo que representa el uróboros.

En nuestro caso además es relevante el lugar en el que se encuentra. Manuel Guerra** indica cómo en las portadas románicas suele haber un eje vertical que parte desde el Cristo del centro del tímpano y que a través de las piezas clave de las arquivoltas se va elevando el tema divino. En la última arquivolta de la portada de San Esteban no hay una clave, pues son 26 las dovelas que la forman. Pero el uróboros, representación del ciclo infinito, es una de las centrales, la número 14 desde la izquierda.

*Fuente de las imágenes: detalle del sarcófago, cosmicktraveler.wordpress.com / Quetzalcóalt en Xochicalco, unchartedruins.blogspot.com.es / Codex Parisinus graecus 2327 (año 1478), Wikipedia / lámina del libro de alquimia Pandora editado por Hieronymus Reusner (1588), gnosis.art.pl / canecillo de Vallejo de Mena, foto de Javier Gómez publicada en la página de Facebook de Merindades y Valles de la Cantabria Burgalesa / capitel de San Esteban de Caen, notedlife.com

** Manuel Guerra: Simbología románica: el cristianismo y otras religiones en el arte románico. Madrid: Fundación universitaria española, 1986

Sapos y culebras. Lujuria y maternidad

Es curioso como a veces el mismo símbolo puede significar cosas diferentes según el contexto. Un ejemplo sencillo y común: en una partitura # nos indica un sostenido, en redes sociales sin embargo hace referencia a una etiqueta.

Pero si hay una época en la que los símbolos son ambivalentes, esa es la Edad Media. Además, nuestros esquemas mentales actuales son tan distintos que la interpretación es complicada y en ocasiones la bibliografía genera más dudas que respuestas. ¿A que te ha desconcertado el título del post? Vayamos al lío…

Empezamos por la lujuria, uno de los pecados más representados en el arte románico, bien a través de personas ligeras de ropa (o en actitudes “eroticofestivas”), bien a través de animales. Una de las imágenes bastante típica para representar la lujuria es una mujer desnuda a la que sapos y culebras le muerden pechos o pubis, manera en la que serían castigadas. En la portada de San Esteban encontramos esta representación de la lascivia en una de las piezas situadas entre las estatuas columnas de la zona derecha.

lujuria

Volvemos a encontrarnos esta imagen en la dovela de arranque izquierdo de la arquivolta central, pero con un simbolismo distinto: es una crítica a las mujeres que abandonan a sus hijos y no los amamantan.

El que se represente así a las “malas madres” queda especialmente definido en la visión de San Alberico di Montecassino (1130 aprox.): Dos serpientes mordían las mamas de cada una de ellas… estas mujeres eran aquéllas que habían rehusado dar de beber de sus pechos a los huérfanos y bebés sin madre o que debiendo amamantarlos no lo hacían.

¿Y por qué en este caso el mensaje es distinto? Porque la mujer con serpiente en su pecho no está desnuda, lleva una capa abierta que deja visible su cuerpo. Y además, no está sola en la escena. A su derecha hay un animal indeterminado (¿mamífero, que amamanta a sus crías?)*, y a su izquierda, algo escondida y deteriorada, una mujer protegiendo a su hijo.

C01

C20Y también parece que haría referencia a la idea de “buena madre” la primera dovela de la misma arquivolta, pero a la derecha (¡viva la simetría!). He de deciros que me he atascado rastreando, y lo lamento, pues seguro que las tres figuras que forman la escena esconden un mensaje más completo. Si alguien puede aportar algo más en los comentarios, ¡será fabuloso!

¿Qué tenemos en esa dovela? En el centro, un guerrero con cota de malla y escudo (no se conservan, pero imagino que además con espada y casco) que parece enfrentarse al león situado a su derecha para proteger a la mujer amamantando que está a su izquierda.

El trabajo de la cota, la melena del león, el detalle de la madre y el niño… está claro que la portada románica de la iglesia de San Esteban fue espectacular, una factura de primer orden. Lástima el deterioro provocado por el clima y paso del tiempo… pero no desisto, poco a poco seguiremos desentrañándola 😉

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*Actualización a 2/05/2021. El mamífero creo que podría ser (al 90%) un leopardo, que en la simbología medieval es referente de unión negativa al considerarse fruto del emparejamiento de un león(a) y un pardo. El león se convierte en un símbolo positivo, en contraposición al leopardo.

Por estos detalles a comienzos del 2021 decidí recopilar lo que hemos ido compartiendo por aquí, darle un formato «más académico» y preparar un libro: «Bestiario románico en la portada de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico«.

Sirena

Ya hemos comentado en alguna ocasión que es una lástima que la portada románica de San Esteban esté tan deteriorada, y es que eso complica notablemente el identificar alguna de las figuras representadas. Pero en ocasiones hay suerte, es cuestión de mirar otras portadas románicas, asomarse a los vecinos y “¡voilá!” de pronto algo se hace reconocible.

Eso nos ha ocurrido con la figura que se encuentra en la arquivolta central, la número 10 contando desde la izquierda según miramos la portada. En nuestro caso apenas se intuye, pero encontramos una figura muy similar en la portada de Santa María la Real de Sangüesa: una sirena que porta dos peces.

sirena

Puede que los peces te parezca algo anecdótico, pero inicialmente ¡la sirena era un pájaro con cara de mujer!.  La primera referencia escrita se encuentra en la Odisea de Homero, en el momento en que Circe le cuenta a Odiseo (Ulises) los peligros que se encontrará si vuelve a embarcarse: hechizan las sirenas con el sonoro canto, sentadas en una pradera y teniendo a su alrededor enorme montón de huesos de hombres putrefactos cuya piel se va consumiendo.

La sirena pisciforme, con cuerpo femenino de la cabeza al ombligo y cola de pez, aparecerá en Liber Monstrorum (finales del VII-comienzos del VIII). El caso es que hasta el siglo XII en los bestiarios sigue hablándose de sirena-pájaro, mientras que en la escultura vamos encontrando a la sirena-pez. Así que, para que no quede ninguna duda del tipo de sirena que queremos reprentar, ¿qué tal si le ponemos además un par de peces?

Además, los peces ayudan a simbolizar la tentación que representa la sirena. Así aparece en algunas escenas románicas donde la sirena está entregando un pez a un pescador, ¡pero en el caso de Santa María de Uncastillo se llega a quedar el pez como símbolo de la lujuría! (capitel interior que puedes ver aquí, imagen 13).

Siempre me he planteado hasta qué punto las personas de la Edad Media creían en la realidad de los seres fantásticos que aparecen en los bestiarios. No se puede generalizar, ni a todos los hombres ni a todos los seres, pero me ha sorprendido un apunte que realiza San Isidoro de León respecto a las sirenas: lo cierto es que fueron unas meretrices que llevaban a la ruina a quienes pasaban, y éstos se veían después en la necesidad de simular que habían naufragado.

 [Actualizado: 25 de febrero del 2021]